domingo, 25 de enero de 2015

TROTE

El trote es un movimiento natural del caballo y éste debe ser simétrico y en el que va efectuando saltos en tiempos iguales. Sus miembros van avanzando de dos en dos, en bípedos diagonales. Mientras que levanta un bípedo se pisa con el otro. El caballo va alternado por diagonales sus pisadas y se ayuda impulsándose con el cuello. La velocidad en el trote puede variar considerablemente. Este es un aire a dos tiempos. Debe ser siempre regular y con ritmo.

Es necesario tener cierta experiencia para trotar sentado y absorber los impactos mediante la flexibilidad de los riñones. Por eso se suele empezar aprender a trotar levantado (a la inglesa), elevándonos al ritmo del trote cada vez que el caballo levanta la mano exterior.


Cuando trotamos no tenemos que mirar hacia el suelo ni redondear ni arquear la espalda.

Un buen jinete debe saber trotar de las diferentes formas que existe, sentado, elevado o posición de equilibrio.


En el trote levantado o a la inglesa aprovecharemos el impulso que ofrece el caballo al avanzar para elevarnos y sentarnos acompañando este movimiento. De esta forma ayudamos al caballo y aprovecharemos este impulso para presionar ligeramente con las piernas. Deberemos levantarnos cuando el caballo pise con la mano interior y sentarnos cuando lo haga con la exterior.


Trabajando con Trianero a la inglesa. En el trote a la inglesa, cuando cambiamos de mano por diagonal, en la mitad del picadero cambiaremos la diagonal. Para ello, durante dos trancos permanecemos sentados o en suspensión. A mi particularmente me resulta más cómodo permanecer en suspensión.


En el trote sentado sin embargo, nos mantendremos profundos en la montura y acompañaremos el ritmo con un movimiento de cintura acompasado con el tranco del caballo. Mantendremos las manos fijas y las piernas activas para impulsarle.

En el trote en suspensión nos levantaremos y en ningún momento nos sentaremos en la silla.

Trote reunido: El caballo mantenido en la puesta en mano avanza decididamente, con el cuello elevado y arqueado. Los corvejones remetidos, mantienen la impulsión permitiendo así a las espaldas manejarse fácilmente en todas las direcciones. El caballo da trancos más cortos que en los otros trotes, pero se mantiene mas ligero y mas móvil.

Trote de trabajo: Es un aire intermedio entre el trote reunido y el trote medio, e el que un caballo que todavía no está entrenado ni a punto para los movimientos reunidos, presenta un buen equilibrio, marcha hacia adelante con trancos iguales y elásticos, permaneciendo muy activas las caderas. Es muy importante la impulsión que viene de la actividad del tercio posterior.


Trote medio: Es un aire intermedio entre el trote de trabajo y el trote largo, pero más elevado y redondo que el anterior. El caballo avanza decididamente, alarga moderadamente sus trancos con una impulsión que procede del tercio posterior. El jinete permite al caballo mantenido en la puesta en mano colocar la cabeza un poco mas delante de la vertical que en el trote reunido y en el de trabajo, al mismo tiempo le permite bajar ligeramente la cabeza y el cuello.


Trote largo: El caballo cubre el máximo de terreno manteniendo el mismo ritmo, alargando sus trancos gracias a un gran impulso del tercio posterior. El jinete manteniendo al caballo en una relativa puesta en mano le permite descender y alargar e cuello con el fin de evitar un aire elevado. Los cascos anteriores no deben pisar detrás de su proyección sobre el suelo el funcionamiento de los anteriores y los posteriores deben mostrar su similitud en la extensión. Todo el movimiento debe ser bien equilibrado y la transición al trote reunido deber realizarse con suavidad, cargando el peso sobre el tercio posterior.



Para partir al trote ajustaremos un poco las riendas (las llevaremos más cortas que al paso para tener mayor control sobre el caballo), abriremos un poco los dedos y aplicaremos ambas piernas al mismo tiempo ejerciendo una presión progresiva. Es fundamental no agitar las manos para no transmitir al caballo impactos en su boca.

Al trote sentado retrasaremos los hombros, jugaremos con la flexibilidad de los riñones y nos sentaremos siempre en la parte delantera de la montura. Algunos caballos son más cómodos que otros en el trote sentado y por eso deberemos adecuar la velocidad del trote para que nos resulte más cómodo.


El trote sentado nos favorece el trabajo del asiento y nos permite conseguir soltura y estabilidad a caballo. Es importante que no nos pongamos rígidos, ya que solamente relajados amortiguaremos los movimientos.



Para caer al paso, si estamos en trote levantado o en suspensión, cerraremos los dedos y echaremos los hombros hacia atrás. Una vez que haya caído al paso abriremos los dedos para que el caballo pueda alargar el cuello, pero manteniendo el contacto con la boca, y las manos acompañarán el movimiento del cuello.


En los giros, los caballos siempre se frenan por lo que tendremos que impulsar al animal para que no caiga al paso. Además cuanto más pequeños sean los giros más se frenará, por lo que el impulso tendrá que ser mayor, pero nunca brusco. Simplemente aumentar la presión de las piernas será suficiente.


En el trote a la inglesa, cuando cambiamos de mano por diagonal, en la mitad del picadero cambiaremos la diagonal. Para ello, durante dos trancos permanecemos sentados o en suspensión. A mi particularmente me resulta más cómodo permanecer en suspensión.


Todas las transiciones, tanto del paso al trote (ascendente) como del trote al paso (descendente) serán progresivas.


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